Nunca devolverás mis voces,
las palabras que quedaron congeladas
entre tus labios y los míos.
las palabras que quedaron congeladas
entre tus labios y los míos.
Tu amor brota del miedo, no de otra clase de sentimientos.
Mejor no digas nada,
luego el lamento se arraiga
y las sombras ausentes crecen y crecen.
La niebla entra en nuestros sueños.
No temas, mi abrazo no se deshará
aunque se diluya la necesidad de sobrevivir
en las ondas de otros cuerpos.
El azar vive en una calle atravesada,
pero yo seguiré a tu lado
como una parte visible de la nada.
Visitaré tus párpados con mis besos
y hasta que despiertes
seré tu mago
en los mares de la madrugada.