Las almas se propagan
entre ramas de niebla
encogidas en la tela vacía
de la oscuridad de los abandonados.
Frágiles cópulas entre charcos
resbalan por la quebrada de los locos
donde flotan las sombras rotas
como cometas con el color de la arena roja.
El tiempo es un inmenso taller
de transparencias, de pigmentos
que pudieron ser amantes
y sólo el olvidado asombro del amor
queda en la voz evaporada.
Un sufrimiento oprimido tras el velo del viento,
oculto en el lenguaje
de antiguas encarnaciones dominantes.
Dentro,
la nada construye miradas viejas,
unas sobre otras,
despojadas ya de todo horror.
(de "La Puerta Afgana")