viernes, 29 de abril de 2016

LOS LABIOS DEL CIELO



Un día desapareció. Así, pafff. Y luego nada. Permanecí como un estúpido esperándola ver entrar por las puertas del Kraken. Para nada. Llamé a una línea que había dejado de existir. Escribí a un  correo que nadie contestó.

Y todo esto después de que nos jurásemos infinidad de veces que éramos el amor de nuestras vidas. De esta vida y de otras muchas pasadas y futuras si las hubiera.

Pero, claro, no las hay.

Vivimos y un día nos sacude un segundo de lucidez, como un disparo directo la cabeza, zas, y nos damos cuenta de que la vida en sí no tiene sentido. Ninguno. Es un puro accidente del que, por desgracia, somos conscientes. No hay nada antes, no hay nada después. Basura para unirse al polvo del universo.

Entonces inventamos. Más allá de las religiones a las que cada uno está en su derecho de adherirse, inventamos cosas más íntimas, más cercanas. Inventamos, por ejemplo, que amamos y somos amados. Lo cual nos da un efímero aroma a inmortalidad. Inventamos coincidencias, búsquedas, encuentros, como si el destino nos rodeara con códigos secretos, exclusivamente escrito para nosotros, esperando el momento de ser revelados.

Es viernes por la tarde y por tanto un buen momento para dedicar las palabras huérfanas, a las palabras que nunca llegaron a su fin y andan por ahí como fantasmas acechando una puerta de luces donde purificarse. Los labios del cielo.

Buscamos espejos, espejos de lo que deseamos, de lo que nos duele por su ausencia.

Y soñamos que, alguna vez, hemos amado.

jueves, 21 de abril de 2016

TEN EN TU MANO MARIPOSAS




Ten en un tu mano mariposas

para enviarme tu voz,

tu corazón escondido

en ese nido

donde duerme la marea

de las palabras que han colgado

de un reloj

en la habitación del mar,

que todos los silencios

se hagan besos bajo la luna

que se haga un firmamento de violetas

cada vez que vienes, me miras, me deseas

y susurras

el viento de tu vuelos prohibidos.

sábado, 9 de abril de 2016

ALAS NEGRAS



Con las alas negras
de nuestro amor secreto,
con la lluvia anónima
de las caricias robadas,
con el viento apresado
en nuestro silencio,
mi cielo es un lecho
donde las palabras ceden
su calor, su tiempo,
los besos cargados
desde un largo viaje.