jueves, 2 de junio de 2016

LA BILLETERA


No era mucho
pero era cuanto teníamos.
De sobra para comprar
besos de caramelo,
bengalas para nuestros ojos,
huecos para nuestras manos.

Ahora el tiempo ya no nos pertenece.
Es de los otros
-ellos están siempre esperando-.
De las mariposas que liban de noche,
en nuestras sonrisas,
de los pájaros que vuelan
detrás de otras ventanas.

Los billetes envejecerán
en la billetera que aprieta
como una daga envenenada
sobre el corazón vacío.
No era mucho
lo que guardábamos para comenzar el viaje
que habíamos deseado tanto,
quizás toda una vida

Ahora ya no tengo memoria.
No sé si te he tenido en mis brazos
o solo te he abrazado en sueños.
Espero palabras tuyas.
Me cuesta leer, me cuesta  pensar
en las cosas que hablábamos.
Busco mi billetera y no la  encuentro.
Ni está mi corazón.
Pero amor en mis dedos fríos conservo los billetes
-te juré que no los perdería-
aunque ahora sean hojas inofensivas
que se volverán invisibles.

Se acabó
-me digo-,
mañana dolerá menos.
Pero voy hacia el mismo lugar
donde me esperabas
hasta que te daba el primer beso
y el reloj corría a la velocidad del pulso.
Todos los escaparates tienen reflejos grises
como cuando es noche cerrada
en una calle sin luces,
como si adivinaran que  nunca volverán
a vernos caminar juntos.



 

2 comentarios:

  1. Bellos versos, que saben a nostalgia… Ese caminar a aquellos días de piel, alma y deseos, que quizá no volverá… Corazón que pende de recuerdos y vacíos…tal vez, ensueños…

    Precioso, amigo…

    Mil Bsoss y feliz finde!!

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  2. Gracias, Gin, tus palabras me llegan dentro. Un beso, amiga.

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